lunes, 9 de noviembre de 2015

Depurar el alma





No hay nada para depurar el alma, como hacer un buen examen de conciencia:
Con este ejercicio, puedes aprender, mejorar, y cambiar todo lo que no te gusta con respecto a tus formas y actitudes.

Anoche me acosté temprano, tenía que  madrugar y debía dormirme pronto, ya que el sueño me alimenta más que la comida y me ayuda a sentirme activa de mente y cuerpo, y no sé si es una virtud, pero una vez en la cama no tardo ni minutos en dormirme, pero  anoche no fue así; sin saber por qué,  de pronto, surgieron unas preguntas que mi ego me hacía.

María… ¿Qué puedes cambiar para sentirte mejor y que las personas que te quieren te entiendan más si cabe; para dar a los problemas que surgen la importancia justa, para ignorar las banalidades y malas intenciones de personas sin recursos éticos ni espirituales?

Me puse a filosofar con la almohada, y por más que busqué en mi interior, dentro de mi conciencia, no encontré motivos. Comprendí que no tenía nada que cambiar, que mi educación mi lealtad y mi moral, estaban sanas, que mi conciencia estaba muy limpia.

Reconocí, que defectos tengo muchos, ¡Claro que sí, como todo ser humano, pero esos defectos doy fe de no ser nada perjudiciales para nadie, en todo caso solo para mí y me llevo muy bien con ellos, ya que me ayudan a ser más liberal a sacudirme la vergüenza. Cundo no tengo más remedio, saco mis defectos y dejo a buen recaudo mis salvos principios.

Hay personas que me han dañado. Acostumbradas a sus falsas apariencias, no se creen la verdad al descubierto, mi verdad desnuda. No sé quien dijo: “si quieres que te crean miente y si dices la verdad dila a medias“ es la única forma de que te crean.

Esta noche, después de esta sentada del alma, he visto claro que me quiero, me gusto, no quiero cambiar absolutamente nada, me gusta como soy, como siento, como quiero, como amo; me gusta como regalo cariño y tiempo sin poner precio, gratuitamente; con esas actitudes he recibido más beneficios que desprecios. He descubierto, que vale más un beso de un ser desgraciado, enfermo, necesitado, cuando les has tendido una mano y un oído, que todo el oro del mundo. Al menos para el espíritu.

Me gusto. ¿Por qué voy a cambiar?.
María Borrego R.




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La hipocresía es el homenaje que el vicio tributa a la virtud.



La mayor parte de las mujeres prefiere que se hable mal de su virtud antes que de su encanto y belleza. A mí no, por eso guardo las hojas secas de mis rosas.





La meta ideal de la filosofía sigue siendo puramente la concepción del mundo, que precisamente, en virtud de su esencia, no es ciencia. la ciencia no es nada más que un valor entre otros.

Edmund Husserl








http://lacomunidad.elpais.com/judiflibra/2008/10/10
María Borrego R