Carisdul es un alma libre que no conoce fronteras. Más, descríbeme tú cuando camines por la senda de mi blog, lecto/ar. Cuando me leas, y cuando llegues a mi corazón. Descríbeme tú, pensador.
Hoy elijo sonreir, elijo reir, elijo abrazar, elijo ser feliz, elijo nunca rendirme, elijo establecer metas, elijo creer en mi misma. Elijo creer en lo que es útil. Me enfoco en las cosas buenas y buenos pensamientos. Elijo tratar con los tiempos y personas difíciles con gracia. Elijo vivir libre. Elijo amar. Elijo todo esto para descubrir una vida maravillosa y un asombroso futuro. CARPE DIEM
La fuente se encuentra a la orilla de la antigua carretera Málaga-Antequera, a la altura del hotel la Yedra, cerca del Puerto de las Pedrizas. Aparte de tan privilegiada situación, sus orígenes fueron los de abastecer a un antiguo descansadero-abrevadero situado en el cordel de Cuevas Bajas a Colmenar. Cuando la citada carretera era la principal, esas aguas eran punto de parada obligada, lo que daba lugar a largas colas para refrescarse y llenar recipientes. En la explanada aledaña, se montaba un puesto de frutas del tiempo. Ambos elementos, el agua y la fruta, constituyen recuerdos imborrables de los usuarios de esta carretera en el siglo pasado. A pesar de todo, sigue siendo punto de parada, descanso y recuerdo para un buen número de nostálgicos.
NOSTALGIA
Cuantos gratos recuerdos guardo de esta fuente. Pasaba con mi padre cuando era pequeña y me llevaba a Málaga, y siempre tenía que parar para satisfacer mi capricho de beber de ese gran chorro de agua cristalina y fresquita; daba igual si hacía calor, frio, o estaba lloviendo, siempre le hacía parar. Guardo también recuerdos imborrables que el paso del tiempo no pudo borrar.
PASADO Y PRESENTE
Tu fuente y delta son nacer y morir...
Rede y claustro de encendidas arañas que la mente guarda
Tejiendo y destejiendo ilusiones y sueños...
Un tiempo detenido en el latido y la lucha.
Flores que se marchitan, y tercas, reflorecen:
Copioso manantial que fluye sin destino.
RECUERDOS
¡Qué ansia sin fin, qué cielo sin estrellas,
Estremecimiento dulciamargo, que te lleva al vacío,
ternura inmensa de besos desterrados,
¡Poblando desiertos antiguos...!
Mientras mis ojos puedan, en un rincón cualquiera, veré un Paraíso.
Y seguiré encendiendo luciérnagas, LIBRES, y múltiples auroras.
PRESENTE Y FUTURO
Dejemos los dardos y flechas, dejemos que descansen ahora...
Cansada está la vida del incesante juego;
A veces se desea más la emoción futura,
- dardos de amor, ternura, pasión y anhelo, -
Vayan directo al centro... haga diana, de una vez PAR SIEMPRE
con mi mano llena de ilusión. La esperanza vive en nosotros. Las nubes, a veces, cruzan el desierto y se detienen a ver los sueños que nacen en la ardiente arena. Se emocionan, y lloran. Y acto seguido, las lágrimas dan un respiro a tan sedienta tierra. Es lo que llaman milagro.
María Borrego R.
Foto de mi mano. María B. R.
“El factor determinante para que nuestra vida sea un paraíso
o un infierno, es siempre nuestra actitud ante las cosas. Nuestra actitud es la
fuerza motriz más importante en todos nosotros, seamos conquistadores o
fracasados”
Fotografías tomadas en casa. Sin manipular. Al picar en ellas se ampliarán. Hoy no necesité salir a la terraza como cada mañana para
ver si mis flores seguían bonitas, si el
mar estaba tan azul como el cielo a pesar de la noche lluviosa, no fue necesario porque mientras desayunaba, oí un silbido, como si el viento arreciara, miré, y las cortinas se movían, aunque viento no hacía. De
pronto, frente a mí, entre los cuadros y el televisor, estaban mis amigas las flores, y el mar, irradiando
sus bellos colores, su eterna belleza. En
otra ocasión, habría intentado averiguar porqué razón, en unos minutos la estancia
se había llenado de reflejos, ya que no es una estancia lujosa, es sencilla, eso sí,
apacible y acogedora, ordenada y limpia de toda contaminación; quizás por eso, y aprovechando
los primeros rayos de sol, mis amigas se refugiaron por un rato en mi casa, hasta que el
sol avanzara y les llevara en sus rayos.
Seguí desayunado sin poder dejar de mirar tan bella estampa,
y recordé a los ambiciosos, a los que se meten en el fango para conseguir
poder, vienes, sin saber que esas mismas riquezas les conducirán al abismo. Ellos, y ellas, siguen a la sombra que proyectan los vicios, signos que al
encontrase, se destruyen como animales, sin que la justicia pare sus sucias guerras, sin que pueda con sanción, hacer aflorar
un solo sentimiento de culpabilidad y arrepentimiento, sino todo lo contrario; como las fieras, sacan las garras y amenazan con devorarse mutuamente.
Vuelvo a mirar para ver si mis amigas seguían conmigo, y en ese momento, se
disponían a partir disminuyendo la belleza de sus reflejos.
-Hasta mañana, amigas, les dije con una sonrísa dulce y mirada serena.
Era raro, intrépido, desconcertante.
Escribía textos con el corazón roto que costaba descifrar, como cuando la garra de la incertidumbre herida se
hace demasiado amarga.
Triste es descubrir que quedaban rescoldos del fulgor sereno
de unas miradas que
una vez interpretamos como afecto,
es sobre el
desencanto de volver a encontrarse con esa persona que una vez prendió ternura en la piel, y ver con desconsuelo la pobreza
de su espíritu y de otros valores. Escribo hoy como ciudadana del mundo, sobre la ausencia y el vació total,
porque la memoria es selectiva y dos palabras trazan un balsámico recuerdo, sin rescoldo de odio ni indignación, sólo el deseo de alzar la mano para una despedida con
blanco pañuelo batiéndose al viento.
Y yo me iré y se
quedara el tiempo venciéndose,
y aun por el aire
marcharan silbos de mi infancia,
y aun la tierra no
habrá enjuagado las lágrimas de mis impotencias,
y, ojala, al pasar
del tiempo quede en alguna memoria
una cueva de
Altamira con frescos de mis avatares,
ojala, que mi
recuerdo en los presentes ocurra
como el natural
fuelle del pulmón,
como si acabara de
salir por la puerta, y se quedara solo el tiempo venciéndose.